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Una de cada seis personas en el mundo lleva una vida marcada por la pobreza, hambre, enfermedades y preocupaciones por lo que el futuro les depara. Los ingresos de las 500 personas más ricas del mundo son mayores que los ingresos de las 416 millones de personas más pobres. Las comunidades pobres del planeta pagarán el precio del cambio climático, ocasionado principalmente por las proliferantes emisiones de carbono de los ricos. Semejantes extremos son a la vez moralmente repugnantes y un desperdicio de talento y potencial. Poner fin a la plaga de la pobreza extrema, la desigualdad y la amenaza del colapso medio ambiental es el gran desafío del siglo XXI. La visión: mujeres y hombres en todas las comunidades del mundo con acceso a la educación, gozando de buena salud, con derechos garantizados, -dignidad y voz- ; responsables y dueños de sus propios destinos. El como: redistribución de poder, voz, oportunidades y recursos, mejor logrado mediante la combinación de ciudadanos activos y estados eficaces. El por qué: es difícil imaginar una causa que valga más la pena. La lucha contra los flagelos de la pobreza, de la desigualdad y de la amenaza del colapso medio ambiental va a definir el siglo 21 del mismo modo que la lucha contra la esclavitud o a favor del sufragio universal definieron los siglos pasados. Si fracasamos, las futuras generaciones no nos van a perdonar. Si tenemos éxito, se preguntarán como puede ser que el mundo haya podido tolerar semejante injusticia y sufrimiento durante tanto tiempo.

From poverty to power: how active citizens and effective states can change the world.

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